jueves, 7 de julio de 2011

CASTILLO DE FOUGÈRES SUR BIEVRE


En 1030, el señorío de Fougères pertenece a un vasallo del conde de Blois. Durante la Guerra de los Cien Años, el castillo cae en manos de los ingleses, que lo abandonan en 1429 tras su derrota, dejándolo en ruinas. En 1470, Pierre de Refuge, consejero del príncipe Carlos de Orleans y tesorero del rey Luis XI, hace del castillo una auténtica fortaleza.




Hacia 1510-1520, Jean de Villesbresme, nieto de Pierre de Refuge, modifica el castillo añadiéndole elementos de estilo renacentista. Al pasar de les siglos, el edificio pierde un poco su aspecto militar: las aperturas se amplían, los fosos se ciegan y se suprime el puente levadizo. René Lambot, propietario del castillo vecino de Boissay adquiere el castillo en 1789, e instala un fábrica de hilados de 1812 a 1901. Fue clasificado como monumento histórico en 1912 y pasó a ser propiedad del Estado en 1932. Este castillo se distingue de los grandes castillos del Loira por su discreción a pesar de los embellecimientos que le fueron practicados en el Renacimiento.



Una fortaleza de la región de Blois
El castillo ha mantenido las disposiciones militares y la distribución interior que tenía a finales del s. XV. Con su sobria y potente arquitectura, ilustra el arte de la construcción en la región tanto por los materiales como por la forma en que se han usado: para las paredes, morrillos de dura piedra calcárea de Beauce, y una piedra más blanda y blanca, la piedra franca de las orillas del Cher, para las partes molduradas o esculpidas.


La planta baja

El patio de honor muestra, frente a la entrada y a la derecha, dos viviendas que son las partes más antiguas, edificadas entre 1450-1475. Las dos puertas de la vivienda sur, al fondo están rematadas por bellos frontones esculpidos: a la derecha, dos soldados; al a izquierda, ángeles que llevan blasones t la esfinge de San Miguel luchando con el dragón.


La galería abierta, con las arcadas rebajadas mantiene cierto parecido con la de Luis XII en el castillo de Blois.

La capilla tiene una chimenea del tipo “calientapiés” y en el coro una hornacina para coloca las vinajeras. La bóveda ojival fue destruida en 1812, al instalar una rueda de álabes para los hilados. Las ménsulas de las que arrancaban las ojivas están esculpidas con ángeles que llevan blasones.

La sala de los guardias tiene acceso directo al patio. Una ventana saetera en la pared permitía vigilar el acceso del primer piso.

El corredor lleva al jardín por una puerta sobre la que hay una ranura que indica la presencia inicial de un segundo puente levadizo de un solo brazo.

El primer piso

La gran sala permite admirar por el lado del patio el pintoresco escalonamiento de los techos.

La galería alta se eleva por encima de la galería con arcadas y de la capilla; presenta una armazón den forma de carena de barco dado la vuelta. En la esquina había una garita, una torreta situada en voladizo desde la que podían vigilarse los alrededores.

El ala de defensa de la entrada






La torre de homenaje rectangular fue construida durante el último cuarto del s. XV y se accede a ella mediante una escalera anexa en una torra esquinera. Las salas de cada nivel se abren hacia el exterior por dos ventanas con bancos de piedra adosados a los marcos.
El camino de ronda. Se llega a él por una escalera situada en una torreta de la poterna y está provisto de matacanes.


La vivienda oeste, de arriba abajo


La torre esquinera estaba cubierta de terrazo en un principio como puede verse por el enlosado de piedra en ligera pendiente y un canal de evacuación de las aguas de lluvia visible en el camino de ronda.





De lo mas alto a lo mas bajo, culminamos nuestra visita del castillo con un paseo por el escueto jardín y sus alrededores.




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